Un día de guardia….Rescatando cosas que escribía hace años, encuentro esto

Dedicado a los muchos médicos de familia de equipos rurales que continúan haciendo guardias.

Han pasado unos cuantos años y algunas cosas han cambiado, pero recuerdo esto como si fuera ayer. Pero no tengo claro que la situación no sea aun parecida en muchos de los centros rurales.

Un día de guardia en el EAP de Villanueva de la Cañada. Madrid

Esto es una carta con unas reflexiones en alto, que me vienen a la cabeza tras haber pasado otra de las guardias que venimos haciendo en el centro de salud, y que ha tenido un poco de todo, como siempre, y una situación que ya pasa de lo excepcional a lo cotidiano, y que no por ello debe quedar como otra anécdota mas de las que podemos contar sobre nuestras guardias, en esas conversaciones de café que en ocasiones tenemos en el centro.

Comienza la guardia, al menos en mi caso, el día antes de su realización teórica. Tengo que preparar lo que necesito, pues debo pensar qué llevo para comer y cenar, pues tengo que pasar 32 horas en el centro y no nos proporcionan comida. Parece que ya tengo todo preparado y puedo dormir tranquilo hasta mañana.  Llega el día de la guardia. Corriendo a mi centro de salud, tengo que dejar la comida en el frigorífico, a veces cambiarme de ropa, acordarme de que al día siguiente es posible que esté cansado y no esté en buenas condiciones para trabajar. Mejor no me programo consultas a demanda, y a ser posible, cosa difícil, iniciar la consulta 15 minutos más tarde para poder llegar sin prisas a mi pueblo.

Termina mi jornada de trabajo habitual, salgo corriendo para el centro de salud, pues antes de las 14 horas quiero estar preparado para iniciar la guardia. Prefiero comer antes, cambiarme, instalarme en el cuarto con mis cosas, tener a mano los manuales de urgencias de rigor, todo contra el reloj, pues a la hora quiero estar listo y no molestar a mis compañeros. Chequeo el material, tenemos de todo, maletines de emergencia, material adecuado, monitor-desfibrilador, aspirador, electrocardiógrafo, oxigeno, medicación…etc. En fin, estamos preparados para atender urgencias en unas condiciones bastante buenas. Sólo me faltan manos.

Sería interesante contar con personal que aporte más manos, pero las técnicas de clonación, manipulación genética, etc. no lo permiten. Creo que éste sería un caso a considerar. Hasta las 9 de la noche la cosa va bien. Cuando suena el teléfono Isabel responde. Unos piden citas, otros se informan, a veces preguntan por la farmacia de guardia, etc. Acude gente al mostrador. La puerta esta abierta y hay control. En el mostrador dan citas, tramitan documentos, informan a los pacientes, hay actividad que se resuelve gracias a Isabel.  Llegan las 9 de la noche, Isabel y Mayte se marchan. La puerta se cierra. Sólo quedamos la enfermera y yo. Pero el teléfono sigue sonando, llaman a la puerta, estoy atendiendo a enfermos, a veces puedo dejarlo un momento y contestar o salir para abrir, otras veces no. Si hay pacientes esperando, puede que alguno tenga a bien abrir, informar que estamos con un enfermo, etc.

Pero de repente suena un teléfono, podemos contestar rápido, alguien al otro lado nos pide ayuda urgente. A veces es el propio 061. «¡Mi padre se muere, no respira, hay un hombre tirado en el suelo!…» «¿Pero… dónde es?» … «En la calle X»…. «¿En qué pueblo…?» «Pues en…» Al final logramos saber más o menos donde ir y hacernos una idea de lo que vamos a encontrar.  Corriendo buscamos las llaves del coche, a veces están en su sitio, otras no (me acuerdo de la madre que trajo al mundo al responsable). Cogemos el teléfono móvil, ¡imprescindible!, levantamos al peso los maletines de emergencia, ¡cómo pesan los condenados! cualquier día nos destrozan la espalda. Con la mano libre tomo las llaves, papeles, dirección, etc. No se olvide poner el cartel de ausencia por emergencia. El centro se queda solo. No tengo posibilidad de llevar el monitor-desfibrilador y el aspirador, pues pesan y no tenemos manos.

Estamos en la calle, ¿Dónde está el coche?, unas veces a la puerta, otras en alguno de los aparcamientos, ahora cargo con el equipo hasta el coche, por fin estamos con todo dentro. Han pasado cerca de 10 minutos y aún no hemos arrancado.  Nos dirigimos al lugar donde nos necesitan, si hay suerte es en el pueblo de cabecera, pero si es en otro pueblo, no sé cuanto tardaremos en llegar. Posiblemente han pasado de 20 a 30 minutos desde la llamada. Si esta parado, que hacemos, es algo tarde, no sé en que voy pensando mientras conduzco, pero me viene a la cabeza que lo que hago no está bien. Acudo a ver un enfermo con material insuficiente y poco personal y, mientras, el centro solo. Dios quiera que no se produzca otra urgencia vital en el centro. Es el lugar al que acuden habitualmente los enfermos.

Pienso que abandono demasiadas veces el centro de salud, pero es que la dirección ordena acudir a los avisos domiciliarios, y yo estoy más tranquilo viendo al enfermo. Pero, ¿y si ocurre algo en mi ausencia? Parece que ya estoy llegando al lugar requerido.  Pienso que sería interesante disponer de vehículo equipado a la puerta con conductor y material dispuesto. Tendría otras manos. Acudiríamos más rápido y mejor equipados. Pero no es posible. Las ambulancias y el personal de Cruz Roja, Protección Civil de los pueblos son independientes, no trabajan unidos. El resultado es que sigo solo.

Por fin estamos con el enfermo. Realmente es grave. Hay que explorarle, coger una vía, poner oxigeno, administrar medicación, controlar constantes, ¡no sé de dónde colgar el suero!, ¡por favor, un voluntario que sujete esto!, ¡otro que llame al 112!, ¡por favor, avisen a los municipales!…. Por fin después de hablar dos veces con los responsables del 112, Sercam, 061, me dicen que envían la UCI móvil. Los responsables de estos servicios dicen a la población que garantizan atención entre los 10 y 20 minutos. Pero esto es cierto después de haber pasado otros muchos más antes de activarlos nosotros. Bueno, el paciente está estable, se mantiene con vida, ¡que no se pare!, no tengo monitor-desfibrilador, ¡que no haga una aspiración!, no tengo aspirador…sólo queda rezar para que lleguen pronto los de la ambulancia.  ¡Ya suenan las sirenas! Vienen ya. De una impresionante ambulancia, roja unas veces, blanca otras, bajan varias personas. Sí, son 4 y a veces 5. ¡Qué envidia! Van bien equipados, tienen muchas manos, nos miran con cierto aire sé superioridad algunos, otros son francamente majos; ¿Qué pasa?, ¿Qué le habéis puesto?, estas preguntas a veces son realizadas con un tono poco agradable, pero bueno no estoy para discutir. A veces cogen una segunda vía, monitorizan al paciente, pero poco más. Lo habitual es que desplieguen sus enormes medios técnicos, recojan al enfermo y se lo lleven. Parece que han pasado los salvadores del paciente, hay espectáculo en las calles, se marchan como han venido, entre ruidos espectaculares.

Allí quedamos nosotros, los desconocidos, los de blanco, algunos de verde, cargando de nuevo nuestras famosas maletas en el coche discreto y tan poco apropiado del que disponemos. Volvemos al centro, en muchas ocasiones contentos por lo realizado, otras desesperados por la impotencia, en mi caso las más de las veces pensando que sería bonito cambiar todo esto y dar un servicio mejor con un poco de orden y acuerdo entre todos. Pero lo veo difícil. No me parece una prioridad para los demás, quizás estoy solo en esta batalla. Me gustaría saber que piensan los demás. ¿Qué les parece todo esto a los usuarios? ¿Saben la realidad de la situación? ¿Saben que los responsables de la administración sanitaria los considera ciudadanos de segunda? ¿No parece que esto es una prioridad sanitaria? Parece que es necesario que se produzca una desgracia para que esto se solucione. Es el sino de estas cosas.

 

Un comentario en “Un día de guardia….Rescatando cosas que escribía hace años, encuentro esto”

  1. Muy buena reflexion. Lo peor de todo es que desde hace unos 20 años que escribieras esto la situacion ha ido a peor. Ahora los salvavidas son también menos en numero y estan agotados. Sigue sin haber coordinacion entre dispositivos y sigue sin haber respeto entre profesionales… en fin todo sigue mas o menos igual…

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